Paso 1
Ansiedad
El futuro es el único punto que existe en la línea de tiempo de tus preocupaciones. No hay tiempo para prestarle atención al presente. ¿Qué vas a hacer? No importa sobre qué, pensá en qué es lo que vas a hacer. El presente es un amasijo de estímulos, tantos que ninguno capta tu atención del todo, pero todos captan un poco de tu atención. Sos inservible. Todo marcha bien. Pero, ¿todo marcha bien? ¿Segurx? ¿A vos te parece? Sí, todo marcha bien, pero ya la vas a cagar. Todo marcha bien, mejor ir buscando algo para arruinarlo. Todo marcha mal, ¿cuándo va a mejorar? Todo el mundo te odia, todo el mundo piensa que eso que dijiste es absurdo, todo el mundo sabe lo que pensás, todo el mundo piensa que lo que pensás es absurdo, ridículo, estúpido, todo el mundo sabe que te complicás la vida más de lo necesario, todo el mundo sabe que existís pero a nadie le importa. Nadie te odia, nadie te conoce, nadie le presta atención a lo que decís, a lo que pensás, nadie te lee la mente, nadie sabe que existís. Cuando caminás por la calle rumiando lo que te acaba de preocupar hay una persona que te mira desde el otro extremo de la calle y te das cuenta, lo ves en sus ojos, sabe lo que estás pensando, está en tu cabeza, adentro de tu cabeza, todo el mundo es parte de tu cabeza. Corrés la vista esperando que se esfume, que desaparezca y te preguntás si no te estás volviendo locx. Mirá si te estás volviendo locx, es un montón, sos un montón. No sos nada, no es nada lo que te está pasando. No tenés problemas reales, tus problemas no son reales, como esas personas que piensan mal de vos. Nadie existe, es todo parte del paisaje pedorro de tu cabecita atrofiada. Sos vos, la nenita de la ansiedad entre un montón de monigotes sin cara, las crisis de la vida pero sin el atacazo artístico del cholulismo moderno de Munch. La ansiedad pero criolla. Estaría bueno leer algo sobre las pinturas de Munch. Pero no teoría ni interpretaciones, alguna historia de terror sobre los cuadros, inspirado en los cuadros ¿en qué estaba? Claro, la ansiedad. No te podés concentrar. Los fantasmas te agobian, un montón de recuerdos que te recorren la columna como escalofríos constantes ¿por qué dije eso? ¿por qué no dije eso? Los fantasmas de Flanagan. No, los fantasmas de Shirley Jackson, que pierden la cara a medida que olvidan por qué estaban ahí: ¿por qué me preocupo? No me acuerdo, pero me preocupo. Preocupación fantasma. Sé que tengo que estar preocupándome por algo, pero no me acuerdo de qué. Solamente queda la preocupación ingrávida flotando alrededor del hueco, del objeto faltante de la preocupación. Sentís el vértigo constante. Literalmente, vértigo, todo el tiempo. Mareo 24/7. Esto no es un simulacro. Migrañas. El estómago te arde. El pelo se te cae. La visión se te nubla. Tu mandíbula chasquea, tus dientes se limaron entre sí.
Ansiedad. Edvard Munch. 1894. [Procesión de fantasmas en el fiordo de Kristiania. Qué linda palabra fiordo].
Paso 2
Depresión
Nunca estás triste. No sentís tristeza. Tu cerebro se hincha, la vena en tu frente, un poquito a la izquierda, te late. Hasta que bajás. A veces tenés ganas de gritar pero no tenés ganas. No te sale llorar. Tenés que hacer cosas todo el tiempo, poner música, leer, ver una peli, trabajar, dormir, dormir en la puerta de tu casa, dormir en la calle, dormir en la garita en una parada de colectivo, acallar las voces en tu cabeza. Sí, escuchás voces. Son tus voces, todas tuyas, aunque le pongas la cara sin cara de esa gente que ves a tu alrededor, esos que entendés como parte de una especie de simulación romántica porque sos sumamente egocéntricx. Caminás por la calle y te cruzás con una persona que te mira pero no le prestás atención. Estás por cruzar la calle y ves cruzar el 506, colectivo que muy rara vez tomaste. No pensarías en tirarte en frente de un Norte o de un 273. Son muy cercanos y tus conocidxs y familiares se sentirían muy mal si tuvieran que volver a tomarlo. El semáforo está en verde y entonces pensás: si me tiro ahora, ¿me moriré enseguida? Porque no sos tan valiente como para sufrir el dolor, y mirá si quedás vivx. Volvés a tu casa y te ponés a cocinar, porque te gusta mantenerte ocupadx y hacer de cuenta que te cuidás, que pensás en tu bienestar. Cortás una cebolla y pensás: si me corto las venas ahora, ¿me dolerá mucho? ¿cuánto tardaré en morir? Y volvés a pensar en tus conocidxs y familiares, en lo mal que se sentirían si no estás, pero es una excusa también, es una proyección egocéntrica. No te preocupa nadie más que vos. Aunque a veces pensás que no es cierto, pensás que te preocupan lxs demás, incluso demasiado. Pero no podés decidirte. No sabés si es así. No sabés qué te importa más. No sabés qué es lo que más duele.
Al día siguiente. Nunca estás triste. No sentís tristeza. Tu cerebro se hincha, la vena en tu frente, un poquito a la izquierda, te late. Hasta que bajás. A veces tenés ganas de gritar pero no tenés ganas. No te sale llorar. Tenés que hacer cosas todo el tiempo, poner música, leer, ver una peli, trabajar, dormir, dormir en la puerta de tu casa, dormir en la calle, dormir en la garita en una parada de colectivo, acallar las voces en tu cabeza. Sí, escuchás voces. Son tus voces, todas tuyas, aunque le pongas la cara sin cara de esa gente que ves a tu alrededor, esos que entendés como parte de una especie de simulación romántica porque sos sumamente egocéntricx. Caminás por la calle y te cruzás con una persona que te mira pero no le prestás atención. Estás por cruzar la calle y ves cruzar el 506, colectivo que muy rara vez tomaste. No pensarías en tirarte en frente de un Norte o de un 273. Son muy cercanos y tus conocidxs y familiares se sentirían muy mal si tuvieran que volver a tomarlo. El semáforo está en verde y entonces pensás: si me tiro ahora, ¿me moriré enseguida? Porque no sos tan valiente como para sufrir el dolor, y mirá si quedás vivx. Volvés a tu casa y te ponés a cocinar, porque te gusta mantenerte ocupadx y hacer de cuenta que te cuidás, que pensás en tu bienestar. Cortás una cebolla y pensás: si me corto las venas ahora, ¿me dolerá mucho? ¿cuánto tardaré en morir? Y volvés a pensar en tus conocidxs y familiares, en lo mal que se sentirían si no estás, pero es una excusa también, es una proyección egocéntrica. No te preocupa nadie más que vos. Aunque a veces pensás que no es cierto, pensás que te preocupan lxs demás, incluso demasiado. Pero no podés decidirte. No sabés si es así. No sabés qué te importa más. No sabés qué es lo que más duele ¿O estás triste todo el tiempo? También estás triste todo el tiempo y el tiempo es viscoso, es imparable, inhabitable. A veces, casi siempre, querés morirte pero no querés matarte.
Paso 3
¿Cómo mierda hacés para tener ansiedad y depresión? ¿No se cancelan esas dos cosas? ¿Cómo estás full ataque temporal ansioso, full tiempo líquido, al mismo tiempo que el tiempo no existe, que el tiempo es viscoso?
Caminás por la calle y el sol naranja te hace acordar de algo pero no te acordás de qué. No te acordás de nada. Ves tu cara reflejada en un charco de la lluvia de recién, la lluvia de hace un rato que te empapó. Alguien te sigue. Pero te cuesta registrarlo. No sabés si es una persona viva o uno de los fantasmas, esos que no pueden hacerte nada aunque te asusten. Tus poderes no sirven ahora, porque aunque puedas ver lo que nadie ve, no ves lo que ve todo el mundo. Tenés miedo. Sentís la mano, los dedos tocando uno de tus hombros, y el frío, el cuerpo trasparente atravesándote. No tiene cara. Lo sigue una procesión, son todos iguales, muy parecidos, ninguno tiene cara. Los fantasmas se van. Y entonces pasa el 506, mientras vos pensás, te tomás una milésima para decidir: ¿cruzo o espero?